La nutricia lección de las venas en la sangre da forma a la Ley:

En la forja imperial las cadenas pesan menos si el pueblo es el Rey...Junto al cráter el Prócer un día, Sella pactos con la inmensidad: Contra toda quietud, rebeldía; contra toda opresión, libertad!

miércoles, 25 de mayo de 2011

Renuncia al Partido Verde Juan Carlos Florez

Por qué renuncio al partido Verde

de Juan Carlos Florez, el Martes, 24 de mayo de 2011 a las 20:57

La ola verde fue la esperanza de que el país volviera a distinguir entre lo que está bien hecho y lo que está mal hecho. Me siento orgulloso de haber sido parte de esa impresionante movilización ciudadana. Cientos de miles sentimos en las calles que una parte del país clamaba por una transformación profunda de la política. En muchos lugares de Colombia los ciudadanos nos contaban como la corruptocracia estaba destruyendo sus pueblos y ciudades.
 
Una avalancha de corrupción se ha desplomado sobre todos nosotros y es evidente que muchos de esos escándalos tuvieron su origen durante la administración Uribe. El ex presidente no le puso a la lucha contra la corrupción y a la defensa de la ley, la misma fuerza y convicción que entregó en su lucha contra la guerrilla.  Agroingreso seguro, el pago de sobornos para la reelección o yidispolítica, el desastre de la salud, la enorme corrupción en las obras de infraestructura, las chuzadas a la Corte Suprema, a ciudadanos, periodistas y políticos. Todas estas son actividades criminales que no solo no recibieron el rechazo del ex presidente, sino que son negadas y justificadas por él, de manera sistemática.
 
Las directivas del partido Verde han tomado el camino, -para ganar la alcaldía de Bogotá-, de echar por la borda los principios que movilizaron a la ola verde. Aliarse con el uribismo es plegarse ante una forma de hacer política, cuya propensión a utilizar la ilegalidad está hoy a la vista de todos. Renuncio al partido verde, con una profunda tristeza, pero siento que es mí deber ser coherente con los principios que compartí y defendí como voluntario de la ola verde.
 
El partido verde se ha convertido en Bogotá,  por la fuerza de los hechos, en un apéndice del uribismo. El partido verde entra al peligroso camino en que, para ganar elecciones, el fin justifica los medios. El partido verde repite la triste historia del Polo. Allí las fuerzas renovadoras aceptaron aliarse con el clientelismo y la politiquería; ya conocemos en qué terminó esa historia.
 
No podemos olvidar que el desastre de Bogotá se lo debemos también a la U. Ese partido fue el apoyo decisivo del desgobierno de Moreno. Sus concejales y directivas guardaron un silencio cómplice, mientras la ciudad era saqueada por una funesta alianza de políticos, abogados, funcionarios y contratistas. El partido de la U aun nos debe una explicación de por qué en el escándalo de los Nule, todos los caminos conducen al palacio de Nariño.
La corruptocracia es hoy el principal enemigo de nuestra sociedad. Y por eso hay que avivar de nuevo el sueño de reinventar la política. Renuncio al partido Verde, pero no abandono la construcción de una política que nos permita poner en práctica nuestros mejores ideales. Sé que hay muchas personas que saldrán a defender los principios de la ola verde y me sentiré honrado de continuar esta lucha al lado de ellos.
 


 

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