¡Indignaos!
Por: Patricia Lara Salive
CON LEMAS COMO "NO SOMOS ANTIsistema, el sistema es anti-nosotros"; o "me sobra mes al final del sueldo"; o "¿dónde está la izquierda?, al fondo de la derecha"; o "error de sistema, reinicie, por favor";..
CON LEMAS COMO "NO SOMOS ANTIsistema, el sistema es anti-nosotros"; o "me sobra mes al final del sueldo"; o "¿dónde está la izquierda?, al fondo de la derecha"; o "error de sistema, reinicie, por favor"; o "esto no es una cuestión de izquierda contra derechas, es de los de abajo contra los de arriba"; o "no falta dinero, sobran ladrones"; o "mis sueños no caben en tus urnas"; o "esto no es una crisis, es una estafa"; o "rebeldes sin casa"; o "manos arriba, esto es un contrato", el M-15, movimiento conformado por espontáneos que el pasado 15 de mayo protestaron contra el desempleo de España —que ya alcanza el veinte por ciento—, contra los abusos de los bancos, contra la crisis en general y contra la carencia de soluciones de los partidos, se extiende como una epidemia de esperanza.
Este movimiento, que aglutina a los llamados 'mileuristas' (los que ganan menos de mil euros al mes), desempleados, amas de casa, inmigrantes, estudiantes, a las decenas de miles que en medio de la crisis han perdido sus viviendas, y a ciudadanos a quienes simplemente moviliza el concepto de que "no somos mercancía en manos de políticos y banqueros", es un fenómeno impulsado a través de las redes sociales y del Twitter, que no tiene líderes visibles, que no se ha dejado utilizar por los políticos, que se inspiró en las protestas del mundo árabe, y cuyo fundamento filosófico se halla en el ensayo —casi agotado en librerías— "¡Indignaos!", escrito por Stéphane Hessel, uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, quien plantea la necesidad de indignarse ante cualquier violación de los derechos, de levantarse, de manifestarse pacíficamente, y de estar alertas, pues si bien "el nazismo fue derrotado, gracias al sacrificio de nuestros hermanos y hermanas de la Resistencia", esa "amenaza no ha desaparecido y nuestra ira contra la injusticia sigue intacta".
Por ese fervor generado por el M-15, todos los días, en la Puerta del Sol de Madrid, desfilan personas que se acercan a las carpas adornadas por lemas que llaman al despertar de las conciencias y a la protesta pacífica, y les piden información sobre los pasos por seguir a los jóvenes que se ocupan de las distintas comisiones: legal, estatal e internacional, información, cultura, educación, política, economía, medio ambiente, feminismo, ciencia y tecnología, migración y pensamiento. Y en diferentes esquinas de la capital española a diario hay reuniones de espontáneos que discuten sobre un tema y otro, que hacen propuestas y que se organizan para tratar de frenar abusos particulares de los que son víctimas los ciudadanos, principalmente los que tienen que ver con la confiscación de viviendas por parte de los bancos, tema que exaspera a la gente, dado que las entidades bancarias, además de quitarles las viviendas, obligan a las personas a pagar hasta el último euro de sus deudas.
A pesar de que nadie sabe en qué va a parar el M-15, y muchos vaticinan que ese deseo de cambio, similar al que se evidenció en Colombia con la Ola Verde, va a acabar diluyéndose, ¡otros ya advierten sobre los peligros del abuso de la llamada democracia directa!
Aún nada está claro. Lo único cierto, por ahora, es que el M-15 demuestra que muchas cosas fallan en ese modelo de capitalismo a ultranza, en el que las únicas que importan son las cifras de productividad y utilidades y los indicadores de gestión… Y en el que a quien menos se tiene en cuenta es al ser humano...
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